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A medida que 2025 llega a su fin, los cielos inusualmente tranquilos ofrecen un momento de quietud entre un capítulo y el siguiente. Sin cambios planetarios importantes, es una oportunidad para descansar, reflexionar y reunir fuerzas para los nuevos comienzos que se avecinan. Podemos usar estas aguas cósmicas calmadas para liberar lo que ya no necesitamos, celebrar lo lejos que hemos llegado y establecer intenciones suaves en lugar de resoluciones rígidas. Al amanecer del Año Nuevo, cuando Mercurio se mueva a Capricornio, podremos poner en práctica nuestras ideas.
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